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CFK debe peronizar el kirchernismo y eliminar la grieta

Cristina Fernández de Kirchner, dirigente política con mucha historia en Argentina; los libros y la historia la describirán, según el punto de vista de cada escritor, como una mujer inteligente, de buen discurso, de mucho carácter, como también bipolar, altanera, deshonesta, embustera; pero en su vida política demostró la capacidad de impulsar políticas públicas que fueron importantes para ese momento.

Hoy juzgada por la justicia, luego de varios años por diferentes causas y que distintos sectores tratan de parcializar (kirchneristas y macristas) por sus cercanías o su no pertenencia a dicho sector con pruebas parcializadas y dejando de lado otras pruebas que afectan al otro sector.

Muchos dicen que esa misma justicia federal quien ha sobreseído a Mauricio Macri por espionaje a las familias de los tripulantes del ARA San Juan, o el caso de la “Gestapo” antisindical que duerme fuera de Comodoro Py, sin descartar causas de espionaje de los datos biométricos en la Ciudad, la de Santiago Maldonado y el Proyecto AMBA también quedaron truncos.

Pero no saquemos del foco de la situación a la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, que en 2017 lanzó Unidad Ciudadana formado por varias coaliciones electorales distritales para las elecciones legislativas de Argentina. “Yo quiero volver a ser parte de un movimiento político donde lo importante es el pueblo, los que sufren, los que necesitan, los comerciantes que tienen que levantar la persiana, los empresarios que dan trabajo. Esta es la Argentina que queremos, esto es Unidad Ciudadana, para que lo entiendan todos y todas” dijo descalificando en aquel momento al Frente Justicialista que no era su opción conveniente, en esa época.

Fue ella la que estuvo casi una década previa a las elecciones 2019, sin ir a la cumbre del Partido Justicialista. En la cual su pensamiento chocaba con la dirigencia peronista de esa época cuando decía, “que se suturen el orto. Aparte acá (en Santa Cruz) nunca le dimos bola al partido. Nunca”.

Mientras que Andrés Larroque referente de la Cámpora afirmaba en un sugestivo mensaje, “sin Cristina, no hay peronismo. Sin peronismo, no hay país”, en sintonía con la postura de dirigentes y funcionarios cercanos a la vicepresidente, para quienes las acusaciones de los fiscales federales Sergio Mola y Diego Luciani buscan proscribirla. 

Por estos dichos algún peronista ortodoxo habría saltado de su silla al escucharlos luego de haber vivido en el país en los últimos 20 años, y seguido la vida política de Cristina Fernández, ese mismo militante conocedor de historia del Movimiento Nacional Justicialista nacido en 1940 con doctrinas bien enmarcadas en el pueblo y su gente; estaría recordando algunos axiomas cuando afirmaba su creador que, “El peronista trabaja para el Movimiento. El que en su nombre sirve a un círculo, o a un caudillo; lo es sólo de nombre” y que también traería hoy a su memoria, “No existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan”.

Como doctrina política, el justicialismo realiza el equilibrio del derecho del individuo con el de la comunidad. Como doctrina económica, el justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ésta al servicio del bienestar social.

El peronismo debería darle la bienvenida a Cristina en su vuelta al justicialismo hoy en las actuales circunstancias, ese mismo movimiento que con su gente salió a defender por lealtad y patriotismo a Juan Domingo Perón un 17 de noviembre de 1972 en su vuelta a Argentina.

Es esa la misma gente que sigue siendo leal entre ellos dirigentes, políticos el ciudadano con pensamiento peronista, nunca sacando los pies del plato, acompañando en las buenas y en las malas, consolidando al estadista para que luche por sus derechos, por su trabajo, salud y educación.

Cristina con este apoyo, debería recibir el mensaje y lograr “peronizar” el kirchnerismo y el camporismo, eliminar las diferencias conceptuales para lograr un proyecto de país a futuro con la formación de nuevos cuadros políticos. Eliminar la famosa grieta que se consolidó con los años por enfrentamientos vacíos con la oposición.

También es un llamado a los Gobernadores Justicialistas, para que dejen su sitio de confort y aparezcan con nuevas ideas que le sirvan al país para un desarrollo sostenido y progresivo, con programas y planes sustentables.

En esta guerra, sin rehenes, en el medio esta la gente que día a día es la que tiene que sufrir o vivir con las políticas de turno, mientras tanto los dirigentes se pelean por mantenerse en el poder eternamente.

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Publicado por Nuevo Norte Comunicaciones en Miércoles, 19 de agosto de 2020

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